lunes, 30 de mayo de 2011

Primera Parte – Radiofrecuencia Monopolar Capacitiva/Resistiva de 0,5 MHz en celulitis


celulitis-radiofrecuenciaRESUMEN
El Prof. Dr. Raúl Pinto, nos presenta este tema, que hemos dividido en tres partes por su extensión.
La patología estética llamada celulitis es una dermopaniculopatía edematosa en su inicio, con una evolución fibrosa y en muy pocos casos, esclerosa. Los trastornos de la microcirculación cutánea, los del tejido adiposo, mas el edema y la fibrosis, conforman su tétrada signológica. Todo tratamiento debe tener con el objetivo, mínimamente, el mejorar estos sistemas comprometidos, que se logra en general, con una correcta combinación de diferentes métodos terapéuticos.
La Radiofrecuencia Monopolar Capacitiva/Resistiva (RFM), también conocida como Transferencia Eléctrica Capacitiva Resistiva tiene su utilidad en el tratamiento de la celulitis, abordando la mayoría de los sistemas comprometidos. Es una técnica electroterápica que basa su acción biológica en la transformación de una energía de alta frecuencia relativa (0.5 MHz), en un significativo incremento de temperatura celular y tisular y también, en otras acciones no dependientes de temperatura.
En el Pinto Institute de Buenos Aires, se ha efectuado un estudio para valorar la eficacia y seguridad de la Radiofrecuencia Monopolar Capacitiva/Resistiva (RFM) en 20 pacientes con celulitis estadio III a las que se aplicó una pauta terapéutica seriada y fueron evaluados con distintos parámetros de monitorización y control, antes y después del tratamiento, registrándose una evolución favorable de todos los parámetros controlados, sin observarse fenómenos adversos relacionados con el tratamiento.

CELULITIS

La celulitis es una dermopaniculopatía de evolución edematofibrosa -DEF- (1) que se observa a partir de la menarca en más del 95% de la población femenina. Diferentes factores predisponentes, determinantes y desencadenantes, en muchos casos sistémicos, influyen y favorecen el desarrollo de un trastorno local en la dermis e hipodermis.
Dicha alteración local se traduce en el compromiso de la microcirculación cutánea, el edema del espacio extracelular subdérmico, la hipertrofia e hiperplasia fibrosa y la formación de micro y macronódulos en la grasa superficial. Éstas conforman la tétrada característica de esta patología estética (2)(3).
Las diferentes formas clínicas que se presentan en la celulitis, según el autor (4) son:
1) Adiposa, 2) Infiltrativa, 3) Fibrosa, 4) Hipotónica y 5) Mixta
CELULITIS ADIPOSA:
Con una edad de aparición muy variable, puede hacerse visible a partir de los 15 años, pero es frecuente observarla por primera vez cerca de los 30 años. Las zonas más afectadas suelen ser los muslos en su totalidad, interesa a la zona trocantérea, crural interna, cara anterior y posterior del muslo, además del glúteo.
Es una forma clínica regional con exceso graso homogéneamente distribuido, pero es frecuente que la más comprometida sea la zona trocantérea. Las irregularidades que la identifican son profundas y numerosas casi desde el comienzo de la afección.
Ésta es la forma clínica más voluminosa de todas y no es frecuente el dolor espontáneo o el provocado. La imagen es la de muslos “gordos” e irregulares.
CELULITIS INFILTRATIVA:
Esta forma clínica es de aparición entre los 30 y los 40 años de edad. Son pocos los casos en que se pone de manifiesto antes de la tercera década. Es un tipo de celulitis regional que afecta al muslo en su totalidad y también a rodilla, pierna y tobillos.
Se observan habitualmente irregularidades poco profundas y las depresiones son menos redondas y más alargadas y no muy importantes en número, a diferencia de lo que ocurre en las otras formas clínicas. Es de volumen moderado pero importante.
Se suelen observar patologías asociadas flebolinfáticas como varices, telangiectasias y linfedema. En general, las pacientes que la padecen relatan dolores espontáneos. La imagen es la de un miembro inferior “hinchado” con los diámetros aumentados, tanto del muslo como de la pierna, pero siendo el edema mayor en la pierna que en el muslo, iguala las medidas y otorga una imagen en “columna”.
CELULITIS FIBROSA:
Es frecuente que se presente en mujeres de 20 a 30 años. Es una forma clínica circunscripta que afecta en particular la zona trocantérea alta y también a los glúteos. Las irregularidades son numerosas y profundas.
Suele presentar episodios dolorosos inconstantes a la presión de la zona o después de un leve trauma. No es una forma clínica voluminosa y en general se presenta en mujeres delgadas con una imagen de pequeño abultamiento en la cara externa de los muslos. Habitualmente semeja la “joroba de un dromedario”.
CELULITIS HIPOTÓNICA:
Se presenta por lo general entre los 35 y los 45 años. Es otra forma clínica circunscripta que se observa en la zona trocantérea baja y en ocasionalmente los glúteos.
La imagen es de trocánteres caídos cuando afecta únicamente a la cara externa de los muslos. Cuando interesa a los glúteos, estos se ven como pesados y caídos. Da la imagen en “joroba de camello” porque están remarcados y aumentados los contornos trocantéreos y de las caderas. Este abultamiento circunscripto es frecuentemente moderado.
Las irregularidades son poco profundas y en baja cantidad. Se suelen acompañar de estrías cutáneas y no es frecuente el dolor espontáneo, ni el provocado.
CELULITIS MIXTA:
Es una forma clínica híbrida, producto de una mezcla de dos de las otras formas clínicas y que están representadas en distintas proporciones. Es una celulitis muchas veces difícil de encuadrar. Así, puede verse una celulitis Adiposa-Fibrosa o una Infiltrativa-Fibrosa o una Adiposa-Hipotónica y también otras, por dar algunos ejemplos. La única combinación que no es posible es la Fibrosa con la Hipotónica.
En relación a la terapéutica, deberá tener un abordaje general y otro local dirigido a mejorar los parámetros microcirculatorios alterados, el edema, la fibrosis y la adiposis que se observan, con mayor o menor compromiso, en todas las formas clínicas.

RADIOFRECUENCIA MONOPOLAR CAPACITIVA / RESISTIVA DE 0,5 MHz

La Radiofrecuencia Monopolar Capacitiva / Resistiva (RFM) es una técnica electroterápica que se basa es la transformación de una energía de alta frecuencia relativa (0.5 MHz) en temperatura interna en el interior de nuestro organismo. Cada célula del tejido capta parcialmente esta energía y la transforma en temperatura con un gradiente decreciente del interior al exterior. Es el efecto contrario al que se aprecia con la aplicación de cualquier otra radiación térmica externa (5).
Cuando esta energía o corriente atraviesa los tejidos vivos que poseen una impedancia (Ohmios), se produce un aumento en la diferencia de potencial (Voltios) y se traduce en la consiguiente potencia (Watios), que induce un importante incremento térmico interno.
La RFM Capacitiva / Resistiva se basa en la utilización sucesiva de dos técnicas, primero la Capacitiva, seguida por la Resistiva.
La denominación “Capacitiva” se debe a que la mecánica de su funcionamiento se asimila a la de un condensador, formado por dos placas metálicas separadas por un dieléctrico. La capacidad del condensador estará determinada por dos factores:
1) la superficie total de ambas partes metálicas (no su grosor) y
2) la separación de ambas placas metálicas (a menor separación, mayor capacidad y viceversa)
En la técnica Capacitiva el electrodo que se utiliza está cubierto por un material aislante de poliamida. Este electrodo es el activo y corresponde con la primera placa del mismo. La segunda es el propio tejido cutáneo, mientras que el dieléctrico está constituido por el material aislante del electrodo. El circuito se cierra con un segundo electrodo conocido como neutro o de retorno.
La energía y su posterior traducción en temperatura conlleva un proceso secuencial que podemos resumir en tres fases:
1) Introducción, profundización y transformación de la energía
2) Aumento de la temperatura y ascensión a la superficie
3) Transmisión de la temperatura al electrodo
La segunda técnica es la Resistiva. En este caso, el electrodo que se utiliza no está aislado y esto hace que la transferencia de la corriente a los tejidos se realice con menor dispersión de la temperatura y a mayor profundidad.
Con las ambas técnicas se utiliza una placa neutra de gran superficie y un electrodo que, como se ha referido, puede ser aislado o no y de menor tamaño, es decir, superficies asimétricas. En ambos casos, la diferencia de dimensiones es de fundamental importancia para la vehiculización de la corriente de radiofrecuencia.
El mecanismo de acción, sin embargo, no puede ni debe explicarse únicamente en base a las acciones térmicas, propias de los sistemas clásicos de hipertermia. De hecho, la RFM no se contraindica en situaciones en la que no se recomienda la aplicación de aquéllos. La corriente de radiofrecuencia actúa, además, mediante un mecanismo independiente de la temperatura, interactuando con distintos procesos bioquímicos y enzimáticos celulares al tiempo que su acción a nivel del movimiento iónico a través de la membrana celular y de los orgánulos intracitoplasmáticos permite equilibrar su potencial eléctrico (6).

Los efectos biológicos inducidos por la RFM pueden resumirse en las siguientes acciones:
1) Vasodilatación arterial. Incrementa la disponibilidad de oxígeno a nivel tisular.
2) Incremento del drenaje venoso y reducción del edema.
3) Mayor permeabilidad de la membrana celular.
4) Aceleración de procesos reparadores celulares.
5) Acción lipolítica.
6) Restauración del potencial eléctrico celular.
7) Activación de la neocolagenésis

No hay comentarios:

Publicar un comentario